A los pies del Atlas marroquí, en medio de espectaculares valles que contrastan con las grandes dunas de arena donde el Sahara empieza a abrirse paso, se encuentra Ouarzazate. Ciudad tranquila y silenciosa que por sus edificaciones ha sido inmortalizada en cintas como Gladiator y es una parada obligatoria en la Ruta de las Mil Kasbahs.
Al sur de Marruecos, saliendo desde Marrakesh en un viaje de más o menos cuatro horas atravesando una serpenteante carretera por la Cordillera del Atlas, en el cruce de los valles de Draa y del Dadés, llegamos hasta Ouarzazate. En el pasado, era un punto de paso para los comerciantes que buscaban llegar al norte de África y Europa. Durante el periodo de colonización francesa en 1928, Ouarzazate surge como una importante ciudad guarnición.
¿Qué ver en Ouarzazate?
Esta pequeña ciudad de rica y variada cultura, es el hogar de aproximadamente 60.000 personas. Pese a que ha sido tomada como un lugar para hacer escala en el camino hacia el Sahara y los oasis del sur, Ouarzazate en sí misma es un destino invaluable para perderse entre sus paisajes y sus construcciones.
Ouarzazate ofrece variados atractivos para quienes la visitan. Quizá entre las cosas más llamativas se encuentre la Plaza Al Mouahidine, el Mercado Central y el Zoco o Mercado de Artesanías donde es posible adquirir sus famosas alfombras u “ouzguita” caracterizadas por las elaboradas de tonos tierra en lana sedosa, además de hena, dátiles, especias y la tradicional joyería sobre plata de origen berber.
La ciudad es conquistada por el color ocre de sus fortificaciones y murallas construidas en adobe. Entrando a la Ruta de las Mil Kasbahs, nos encontramos con estructuras de apariencia toscas que enamoran con un interior lleno de azulejos y pisos de cerámica coloridas y nos hacen viajar en el tiempo hasta el Antiguo Marruecos.
La Kasbah de Taourirt, fue construida en el siglo XIX con el fin de proteger a locales y viajeros de amenazas externas; a día de hoy mantiene el espíritu militar con cañones y almenas. Está situada en el centro histórico de la ciudad y es de las que mejor se conservan en el país.
Siguiendo por el norte a unos 26 kilómetros de Ouarzazate, destaca por sobre todas, la Kasbah de Ait Ben Haddou. Declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO, data del siglo XI y es la fortificación más asombrosa de todo el país que incluso ha servido de escenario para la princesa Daenerys. Se encuentra en lo que originalmente era la ruta comercial que había entre la antigua Sudan con Marrakech. Desde su cima es posible admirar pueblos cercanos y el desierto y en su interior se halla un apacible descanso.
La exquisitez de esta ciudad ha cautivado a cineastas y productores, llevando hasta ella platós e inmortalizándolas en grandes obras del séptimo arte. Películas como La Guerra de las Galaxias, Gladiador, La Momia, y algunas escenas de Game of Thrones fueron grabadas aquí por lo que también se conoce a Ouarzazate como el Hollywood de África. La ciudad cuenta con tres estudios de cine y un museo y es posible visitar los sets de estas y muchas otras películas aquí rodadas, en las instalaciones de Atlas Studios, a unos 4 kilómetros del centro de la ciudad.
El precioso Palmeral de Ouarzazate, a unos 40 kilómetros de la ciudad, se encuentra este laberinto de jardines rico en frutos y kasbahs donde puedes disfrutar de noches de acampada y de recorridos de senderismo o en bicicleta.
Esta pequeña ciudad es una perla turística que ha ido creciendo con el paso del tiempo, no solo es una parada en tu excursión hacia el desierto sino que está preparada para recibir al viajero en sus numerosos hoteles y abrazarlos con sus propios encantos.