El Palio de Siena, la fiesta mayor de la Toscana

Siena es una pequeña ciudad italiana, situada en la bucólica Toscana, con un patrimonio monumental y cultural impresionante. Y entre su gran patrimonio cultural destaca el Palio de Siena, la carrera de caballos más antigua del mundo.

El Palio de Siena es una competición entre los diferentes distritos de la ciudad o contradas. Toma su nombre del premio, un palio o paño de seda muy preciada. El palio se celebra dos veces al año: el 2 de julio se corre el Palio di Provenzano (en honor a la Virgen de Provenzano) y el Palio dell’Assunta (por la Asunción de la Virgen) el 16 de agosto.

Para hacerse con el palio, la primera dificultad que tienen que afrontar las contradas es conseguir una plaza para competir en alguna de las dos carreras. La carrera tiene 10 participantes, pero hay 17 distritos en la ciudad. En cada carrera participan, por derecho, las 7 contradas que no hayan participado el año anterior. Para seleccionar los otros 3 participantes, se celebra un sorteo (el último domingo de mayo para el Palio de julio y el domingo siguiente a este para el Palio de agosto) entre el resto de participantes para elegirlos.

Qué ver en Siena. El Palio de Siena

La carrera se celebra en la Piazza del Campo, una céntrica plaza de la ciudad. La carrera consiste en dar tres vueltas a la plaza, que el día de la celebración cuenta con una afluencia de público que ronda los 70.000 espectadores. Uno se puede hacer una idea de la magnitud de esta carrera cuando se da cuenta de que Siena solo tiene 55.000 habitantes.

Se considera ganador a la contrada que entra en primer lugar, sea solo el caballo o consiga el jinete mantenerse sobre el animal (cosa nada fácil porque se cabalga sin montura), lo importante es que el caballo mantenga en su frente la spennacchiera con los colores de su barrio. Tanto caballo como jinete serán honrados en la cena de celebración del palio y tienen el orgullo de erigir a su distrito como vencedor.

El ganador recibe el palio, un estandarte de seda deliciosamente pintado, sostenido por un asta y montado sobre un plato de plata. Los ganadores se quedarán con el palio pero deberán devolver el plato, que solo se renueva cada diez años.

Las normas de la carrera son muy complicadas y difíciles de entender para los foráneos. Tienen una terminología centenaria y única, que solo los miembros de las contradas y los habituales del lugar alcanzan a comprender. Pero no hace falta comprenderlas, solo hace falta disfrutar de la carrera, vivir la emoción y sentir como toda la plaza vibra con cada zancada.

El Palio de Siena es una de esas experiencias cargadas de historia y emoción que vale la pena ver una vez en la vida.

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Visita Siena coincidiendo con el Palio de Siena

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