La Habana es una ciudad de inevitables contrastes, en la que se funde el mar Caribe con un sinfín de edificaciones históricas, callejones pintorescos y gente muy alegre. Pero, si de comer se trata, este es un momento ideal para que degustemos las calles de La Habana.
¿Quien no sueña con ir a Cuba? Todos nos hemos imaginado alguna vez paseando por el famoso Malecón de La Habana o tomando un mojito en alguna playa paradisíaca. Todos queremos visitar Cuba porque aún sin haber estado, de tanto soñarla, ya nos parece conocerla.
La Habana es esa diosa de la belleza que nos espera paciente y tranquila, porque sabe que antes o después sucumbiremos a sus encantos. Igual que vamos a hacer con Santiago de Cuba, su hermana, que magnética, viva y hermosa, nos espera al otro lado de la isla. La pintoresca ciudad de Viñales, la colonial Trinidad o la francesa Cienfuegos, cualquiera de ellas, y muchas más, te pueden mostrar la auténtica Cuba, sus gentes, su música y su alegría, y en cualquiera de ellas te contagiarán el amor por la vida.