Ho Chi Minh, conocida durante muchos años como Saigon, es la ciudad más grande y poblada de Vietnam y una de las ciudades más emblemáticas del Sudeste Asiático. Con una importante herencia colonial, fruto del dominio francés de la ciudad que estableció en Saigon la capital de su colonia en la Conchinchina, durante muchos años fue conocida como “la París del oriente” o la “perla del lejano oriente”.
Esta herencia colonial es la que le da a Ho Chi Minh ese encanto tan especial. Resulta especialmente chocante para el turista observar edificios clásicos, como los que acostumbramos a ver e Europa decorados al mas puro estilo oriental. Esta mezcla de culturas resulta natural y armoniosa en una ciudad donde, a pesar del caos propio de toda gran ciudad de la zona, todo fluye con un cierto orden, aunque nosotros no seamos capaces de verlo.
Visita de Ho Chi Minh
Iniciamos la visita a Ho Chi Minh en la oficina central de Correos. Se trata, por su belleza, de uno de los edificios más visitados de la ciudad. Construido y diseñado por los franceses a finales del siglo XIX, cuando haces la visita tienes la sensación de estar en un palacio europeo, solo el gran retrato del ilustre Ho Chi Minh al fondo de la sala principal, te devuelve a la realidad vietnamita.
Seguimos por la Catedral de Notre Dame, otra huella imborrable de la gran herencia colonial de la ciudad. Sus casi 60 metros de altura destacan en la ciudad, al igual que sus dos torres gemelas, pero lo que más sorprende de este templo de culto es su decoración interior donde se puede apreciar la mezcla de culturas y de la que no vamos a hacer un “spoiler”.
Continuando con hermosos edificios, hay que hablar del Ayuntamiento de la ciudad, conocido como Comité Popular. A pesar de no estar permitidas las visitas al interior del edificio, el exterior es tan bello que merece la pena el paseo. Es durante el día el mejor momento para disfrutar de las vistas de este edificio desde algunos de los cafés que hay en las azoteas colindantes, aunque también es una gran idea dar un paseo nocturno por la zona y admirar la bonita iluminación de la fachada.
Con el Teatro de la Opera, otro precioso edificio de estilo francés construido a finales del siglo XIX, terminamos con los edificios coloniales más importantes de la ciudad, situados todos en el mismo corazón de Ho Chi Minh, en el Distrito 1.
Otro momento memorable en una visita a esta ciudad es un paseo por los mercados. Es en ellos donde está la esencia de la cultura vietnamita. Son lugares vivos, ruidosos y un tanto extravagantes, donde, además, se puede comprar a buen precio. Pasar un día perdiéndose en sus callejuelas es fundamental. El mercado de Ben Thanh, abierto día y noche, es uno de los más populares. En la misma zona está el mercado de Tan Dinh , especializado en sedas y otras telas de alta calidad.
Tampoco puede faltar una visita el Museo de la Guerra de Vietnam para conocer algo más sobre la historia reciente del país. Los más osados pueden visitar, a poco más de 40 minuto de Ho Chi Minh, los túneles de Cu Chi. Un entramado de túneles utilizado por el viet cong durante la guerra, cuya visita resulta tan apasionante como claustrofóbica.
Por último, una recomendación: se trata de la ciudad con más motos del mundo. En hora punta es impactante ver como miles de motos circulan en todas direcciones, sin normas aparentes, donde solo ellos entienden el caos, mientras los visitantes se llevan las manos a la cabeza. ¡Mucho ojo al cruzar las calles, es una aventura!