Nueva Zelanda es un pequeño país insular, ubicado a más de 2.000 kilómetros al sur de Australia, y formado por dos islas principales, Isla Norte e Isla Sur y un sin fin de pequeñas islas y archipiélagos. Además son nuestras antípodas. Es el lugar más lejano al que podemos viajar, tenemos, literalmente que cruzar el mundo… y eso, por si solo, es ya una gran experiencia.
Auckland es el corazón de Nueva Zelanda y el punto de partida perfecto para conocer este pequeño gran país cargado de sorpresas. Situada en la Isla Norte y rodeada por el Océano Pacífico Sur y el Mar de Tasmania, esta ciudad es una gran sorpresa para el intrépido viajero que llega hasta sus puertas.
Auckland es muchas cosas, pero sobre todo es una ciudad viva, alegre, cosmopolita y abierta al mundo. También es una ciudad pensada para que sus ciudadanos y sus visitantes disfruten de todos sus encantos, que son muchos.
Auckland te invita a conocerla
Como lo más sencillo es, muchas veces, lo mejor, no dejes de darte unos cuantos paseos por Queen Street. Se trata de la arteria principal de esta ciudad. Siempre viva, siempre animada y siempre divertida. Está repleta de tiendas, restaurantes y cafés y es la mejor manera de ver que, allá tan lejos, las cosas no son tan diferentes.
También es la ciudad de los volcanes. Esta rodeada, ni más ni menos, por 48 volcanes. Todos ellos dormidos, afortunadamente. Estando en Auckland, ¡siempre tendrás un volcán a la vista! Y a pocos minutos del centro, un paseo imprescindible, la subida al Monte Eden. Este volcán es el punto natural más alto de la ciudad y ofrece unas preciosas vistas de 360 grados de Auckland. Impresionante. Otra opción perfecta es One Tree Hill, que te permite explorar un poco sobre la historia y la cultura de los maoríes– indígenas neozelandeses- además de disfrutar de una de las zonas verdes más bonitas de la ciudad y de las espléndidas vistas del puerto.
Porque el puerto es el alma de la que llaman “la ciudad de las velas”. Por eso no queda otra que cruzar a pie el Harbour Bridge y disfrutar de las vistas y la experiencia, para después recrearte viendo el atardecer desde el puerto. Será una de las mejores fotos de tu viaje.
Y eso que aún no hemos hablado de la Skytower, el símbolo de Auckland y el lugar más alto al que puedes subirte. Las vistas de la ciudad son únicas. Además, estando en el país de los deportes de riesgo, para lo más valientes esta la opción de saltar desde lo alto de la torre… un chute de adrenalina a lo bestia.
Esto no es todo. Hay que descubrir los barrios de moda en Auckland, darse una vuelta por sus calles y dejarse ver en Parnell, Ponsonby o Britonmart para saborear la deliciosa gastronomía de la isla o tomar alguno de sus riquísimos vinos.
Todo ello con la mochila preparada para experimentar las cuatro estaciones en un solo día. Y es que en esta ciudad, te despiertas en un día de primavera, tomas el almuerzo con el calor del verano, pasas la tarde al fresco otoñal y por la noche, la chaqueta que cayó el invierno.
Así es Auckland, divertida, sorprendente y viva, esperando a que te animes a cruzar el mundo y descubrirla.