Brno es la segunda ciudad más importante de la República Checa, pero permanece escondida a la sombra de la hermosa Praga. Estar a solo 185 kilómetros de una de las capitales más visitadas en Europa ha dejado que esta preciosa ciudad siga siendo una gran desconocida para el viajero.
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Para quienes se aventura a descubrirla, Brno se convierte en una grata sorpresa, cargada de vida, de historia, de cultura y de maravillosos edificios. Si a esto se le añade que sus calles no están atestadas por turistas, pasear por el centro se convierte en un verdadero placer para los sentidos.
Visitar esta ciudad significa recorrer el centro de Brno, limitado al este por la Fortaleza Spilberk, al sur por la Catedral y la Estación Central, y al norte y el oeste por la Ronda Koliste. Además, tiene el encanto añadido de poder recorrer todo los barrios del centro subido en alguno de los muchos tranvías que lo cruzan.
Hay que empezar por algún sitio y merece la pena hacerlo por la Catedral de San Pedro y San Pablo. Esta catedral neogotica es, sin duda, uno de los símbolos de la ciudad. Situada en la cima de la colina Petrov sorprende por su belleza y regala, desde su torre, una de las vistas más bonitas de Brno. En la misma colina, está el Castillo de Spilberky construido en el siglo XIII, ha sido residencia real y fortaleza, siendo ahora una visita imprescindible para cualquier turista en Brno.
La iglesia de la Santa Cruz o iglesia de los Capuchinos es una de las grandes curiosidades de la ciudad. Es sencilla e interesante, pero lo que resulta necesario es bajar a la cripta del monasterio. Allí se guardan más de 150 momias perfectamente conservadas de hermanos y abades de la orden desde el siglo XIII. Siguiendo el mismo sendero por lo curiosamente macabro, el osario de la Iglesia de San Jacobo contiene los restos de más de 50.000 personas, convirtiéndose en el más grande del país. Estas visitas pueden parecer algo espeluznantes, pero superados los reparos lógicos, ambas resultan más que recomendables.
El Antiguo Ayuntamiento es el edificio civil más antiguo de la ciudad. Destaca por su precioso portal gótico, donde sorprende la torreta principal inclinada justo encima de la estatua de la Rectitud. Cuenta la leyenda que Anton Pilgram, el arquitecto, lo hizo de esta forma como venganza al no recibir la cantidad acordada con el consistorio. La torre y la panorámica que ofrece de la ciudad es otro de sus grandes atractivos.
La Plaza de la Libertad es el corazón de la ciudad y su plaza más significativa. Varias lineas de tranvías,con sus cables, surcan la plaza, siempre animada y llena de gente. Está rodeada por edificios de diferentes colores, además de por la que llaman la casa de los cuatro idiotas, debido a las cuatro hombres fuertes, con cara de tontos, que destacan en su fachada.
Después de patear el centro, al viajero le vendrá bien algo de la tranquilidad y la paz que ofrece la naturaleza. La zona de Svratecké, es uno de esos lugares donde, gracias al rio y a los sauces de la ribera, un paseo se transforma en un sencillo placer al alcance de todos. El lago Phehrada es otro de las hermosas zonas verdes de la Brno, imprescindible para sus habitantes y hermoso a los ojos del turista.
Todo esto, y mucho más por descubrir, esperan en la ciudad de Brno a los viajeros que decidan salir del itinerario marcado para comprobar que la República Checa es más que Praga.