Toronto, una ciudad para vivirla

Cosmopolita, abierta, divertida y vital, en Toronto es casi imposible aburrirse. Toronto es una de esas ciudades que engancha al viajero; uno de esos lugares a los que se llega sin grandes expectativas y a base de pequeños rincones, de grandes parques y hermosos edificios va ganando a cada paso un lugar entre los buenos recuerdos. Una ciudad de donde da pena marcharse, un lugar en el que, a pesar de su inhóspito clima, dan ganas de quedarse a vivir.

Aquí te dejamos nuestra galería de imágenes de Toronto:

Porque esta ciudad a orillas de gran Lago Ontario está pensada por y para las personas, para pasearla y disfrutarla, para ir descubriendo sus encantos poco a poco y terminar por caer rendido ante ella sin saber explicar muy bien el porqué.

Sabiendo que Toronto hay que vivirla y que la mejor manera de hacerlo es perderse por sus calles, hay ciertos lugares que merece la pena no perderse. Quizá la imagen más vista de Toronto es la CN Tower, una de las torres de comunicaciones más altas del mundo, con unas vistas realmente impresionantes de la ciudad que sin duda merecen la escalada hasta la cumbre y la valentía de asomarse a un mirador con suelo de cristal.

Para mitigar el vértigo, toca darse una vuelta por el East Bayfront, el paseo marítimo, viendo las Toronto Island para terminar tomando un ferry al atardecer hasta una de ellas, todas son bonitas, y desde allí hacer la mejor de fotos del skyline de Toronto iluminado.

Regresando a tierra firme, llega el momento de perderse por los barrios de Toronto. Chinatown es un salto a otro continente y puede dar la impresión de estar recorriendo las entrañas de Pekín. Muy cerca pero muy diferente, Kensington, el barrio mas vintage de la ciudad. Se trata de la zona ideal para tomar un café, comer en algún pequeño restaurante y empaparse del Toronto más bohemio.

Hablando de los barrios no se puede olvidar Distillery District, una zona industrial reconvertida hace unos años en el corazón de la noche en Toronto. Las grandes naves de ladrillo se transformaron en salas de arte o música, cafés y restaurantes de moda, además de bares de copas y lugares donde bailar hasta altas horas.

Tras los barrios más vivos y populares de la ciudad, llega el turno de la Casa Loma, una mansión -casi un castillo- construido en 1911 y reconvertido en museo, cuya arquitectura contrasta con la arquitectura moderna que impera en Toronto, y que por su belleza y encanto es uno de los lugares más visitados en la ciudad.

El St. Lawrence Market es desde 2012, cuando National Geographic le otorgó el título de mejor mercado de alimentos de mundo, otro de los lugares que más visitas recibe. Tanto el precioso edificio de ladrillo que lo alberga, como los puestos del interior merecen dedicar un buen rato a “comer con los ojos” en este mercado.

Si se visita Toronto en invierno, cubierto de nieve, hay que saber que la ciudad está muy bien preparada para que el turista no se congele. Hay que conocer y usar los Path. Un entramado de túneles que unen todo el centro de la ciudad para poder moverse sin tener que salir el frío helador del exterior.

Y para cualquier época del año hay un buen número de excursiones para hacer desde Toronto. Empezando por las famosísimas Cataratas del Niágara, a menos de dos horas, hasta el Scarboroug Bluffs Park, donde disfrutar de algunas de las preciosas playas del lago a menos de 45 minutos de la ciudad.

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