Cataratas Victoria o el humo que truena

A mediados del siglo XIX, el famoso Doctor Livingstone descubrió para el mundo occidental estas fabulosas cataratas y decidió llamarlas Victoria, en honor a la Reina de Inglaterra. Pero mucho antes de aquello, mucho antes de que el “hombre blanco” llegara a aquellos parajes, los indígenas de la zona ya habían descubierto y veneraban  la gran Mosi-oa-Tunya o el humo que truena.

Las Cataratas Victoria son la frontera natural entre Zambia y Zimbabue, en el sur del continente africano.  El cauce del rio Zambeze se quiebra, de repente, y crea un salto de agua de 1.700 metros de anchura y hasta 108 metros de altitud. Es la cortina de agua más grande del mundo y una de esas maravillas de la naturaleza que todos soñamos visitar, al menos, una vez en la vida.

Si solo podemos ir una vez, tendremos que elegir. Si podemos elegir, elijamos ir dos veces.

Las Cataratas Victoria son un espectáculo asombroso siempre. La visita a este monumento natural, Patrimonio de la Humanidad desde 1989, será maravillosa e inolvidable y también será diferente si  es en temporada de lluvias o en temporada seca.

Entre febrero y mayo, coincidiendo con la temporada de lluvias, el caudal del río Zambeze alcanza sus máximos. El agua cae con fuerza a lo largo de los 1,7 kilómetros de la catarata y esa caída vertical de 100 metros viene acompañada por el humo que truena. Una cortina de diminutas gotas de agua que pueden alcanzar los 800 metros de altura y que producen un atronador estruendo que escucharas muchos kilómetros antes de verlas.  Este estruendo formara parte de tus recuerdos. Sera la banda sonora de tu visita y de esa sensación que nos causa a todos este lugar, perplejidad. Asombrados por la potencia del agua, hipnotizados por millones de litros de agua precipitándose al vacío y sintiéndonos insignificantes aunque privilegiados. El Zambeze nos da permiso para mirar.

De septiembre a enero las aguas están más bajas. El río Zambeze se queda en una decima parte del caudal que lleva en lluvias aún así, la cantidad de agua que cae por el abismo es impresionante y el humo que truena, sigue allí, solo que algo más calmado. Es en este momento cuando el agua baja la guardia y te permite contemplar las cataratas en toda su magnitud. Es la época perfecta para hacer el camino que une la estatua de Livingstone con el Puente Victoria Falls, en el lado de Zimbabue, cerca del la ciudad de Victoria Falls. Esta ruta, con 16 miradores,  te hará sentir pequeño, casi diminuto,  ante semejante monumento natural.  Cuando llegues al final y hagas la foto desde el Puente del Victoria Falls, sentirás que este viaje es uno de los grandes viajes de tu vida.

 

Eso sí, elijas la temporada que elijas, o si tienes la suerte de poder elegir las dos, no olvides un chubasquero. Ir a las Cataratas Victoria y no mojarse, es casi un imposible.

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