Conocida durante años como México D.F. (Distrito Federal) esta ciudad es, además de la capital del país, una de las capitales más grandes del mundo. Y eso impresiona. El viajero se puede volver loco ante la cantidad de lugares, monumentos, iglesias, rincones y sobre todo, experiencias que uno puede encontrarse aquí. Por eso, para que tanto estímulo no convierta nuestra visita en un caos, aquí dejamos los lugares imprescindibles en la primera visita a Ciudad de México.
Hay que empezar en el Zócalo, el centro histórico de la ciudad. Una plaza inmensa y siempre animada donde sentarse a disfrutar de un café y grandes momentos. Es, sin duda, el corazón de la ciudad y la mejor manera de comenzar la visita.
Una vez superada la impresión que causa esta gran plaza, llega el momento de visitar los muchos edificios históricos que la adornan. La estrella es la Catedral Metropolitana, una maravillosa mezcla de estilos fruto de sus casi doscientos años de construcción y uno de los iconos indiscutibles de la ciudad.
Tampoco se puede perder la oportunidad de ver los frescos que Diego Rivera pintó en otro gran edificio del Zócalo, el Palacio Nacional. Y si aún queda tiempo, también tenemos aquí el Palacio Arzobispal y el Templo Mayor, otras dos joyas del centro histórico.
El siguiente paso puede ser la Torre Latinoamericana, que ofrece unas vistas de 360º sobre la gran Ciudad de México, impresionante a cualquier hora del día, pero especialmente al atardecer. Desde arriba llamará la atención una gran cúpula anaranjada, se trata del Palacio de Bellas Artes, la muestra más importante de Art Decó de la ciudad.
Y si después de tanto monumento, apetece empaparse de la vida mexicana, hay paseos que harán las delicias de cualquiera. El Paseo de la Reforma es perfecto para ver como trascurre el día a día de esta enorme urbe, además termina en el Parque de Chapultepec, uno de los pulmones de la ciudad y la zona verde de la que más disfrutan los locales.
También es una gran idea rememorar los grandes tiempos de la ciudad dando una vuelta por el Paseo de la Alameda, al final del cual encontramos uno de los museos más importantes de Ciudad de México, el Museo Mural Diego de Rivera. Y en este punto, no podemos dejar de pasar la oportunidad de visitar también la Casa Azúl. Una casa donde Frida Khalo y Diego de Rivera compartieron más de veinte años, mientras se convertían en dos los artistas más icónicos del país. Y por si esto no fuera motivo más que suficiente, otra gran razón es visitar el barrio de Coyoacán. Es uno de los barrios con más encanto, como un pequeño pueblo tranquilo en mitad de esta gran urbe. No olvidarse de la plaza, de la iglesia o del encantador y colorido mercadito del Coyoacán, un clásico en este barrio por donde da gusto pasear mientras se disfruta de algunas de las delicias de los puestos de comida callejeros.
La primera vez que se visita Ciudad de Mexico es obligado navegar por los canales de Xochimilco. Es un lugar increíble, un oasis en el desierto que se ha de experimentar acompañado del sonido de los mariachis.
Porque la comida mexicana es, sin duda, otro de los grandes alicientes de la visita a Ciudad de México. Sabrosa, deliciosa, variada y como no decirlo, picante. Hay que probarla con valentía, con la mente y el estómago abierto e igual conviene llevar algo de almax en la maleta.
Sea como fuere, guste o no el picante, lo que es seguro es que Ciudad de México enamora a propios y extraños, y nunca deja indiferente a nadie.
