Viaje a Copenhague

Copenhague, la hermosa capital del país de la felicidad

Según la World database of Hapiness (base de datos mundial de la felicidad), Dinamarca junto con Bhután (Asia), son los países más felices del mundo. Quizá esta es la razón por la que su capital, Copenhague, causa en los visitantes y turistas una mezcla de extrañas sensaciones que van desde la envidia sana hasta la admiración, pasando siempre por el deseo irrefrenable de visitar cada calle y cada rincón de esta ciudad.

Todo suele comenzar con La Sirenita, una famosa-y pequeña- estatua que guarda el Puerto de Copenhague. Basada en un cuento del autor danés más célebre de la historia, Hans Christian Andersen, esta imagen es tanto el símbolo de la ciudad como el de todo el país.

Que ver en Copenhague

Seguimos con los clásicos en el Palacio Real de Rosenborg Slot. Situado en los jardines de Kongens Have- uno de los más bonitos d la ciudad- el antiguo palacio de verano de los Reyes de Dinamarca es un  edificio maravilloso con una colección de objetos reales que dejaran impresionado a cualquiera. Aprovechar el curioso cambio de guardia para acompañar a los soldados durante su paseo de más de 30 minutos por la ciudad, desde Rosenborg Slot hasta el Palacio de Amarienborg, la residencia oficial de la familia Real Danesa, resulta una forma peculiar e interesante de comenzar a perderse por las calles de Conpenhague.

Aun paseando sin rumbo, de una forma u otra, todo turista termina llegando al corazón de la ciudad,  la Plaza del Ayuntamiento. Esplendida, encantadora y presidida por la impresionante fachada del edificio municipal, del que también hay que conocer el gran salón principal además de pararse a admirar el reloj astronómico.

Al lado están Los Jardines del Tívoli. Es un céntrico parque de atracciones que sorprende por su belleza y por la capacidad de transportar al viajero en el tiempo hasta llevarle a principios del siglo pasado. Recorrer sus atracciones y disfrutar de su ambiente es, sin duda, un imprescindible en Copenhague.

Caminando por la ciudad también vamos a ir encontrando un buen puñado de iglesias con encanto. La gran Marmorkirken, la iglesia de mármol, con una de las cúpulas más grandes de Europa o Vor Freser Kirke , donde merece la pena hacerse una escalada de 400 peldaños hasta lo alto de su torre oscura en espiral para tener una de mas mejores vistas de la ciudad. Y estas, son solo un par de ejemplos.

Pasear por Copenhague

Entre iglesias y palacios, se irán recorriendo calles tan populares y hermosas como Nyhavn. Típicas casas de colores que albergan en sus bajos restaurantes, bares y cafeterías, todas a orillas del canal navegable donde muchos tienen su hogar en curiosas embarcaciones. También saldrán al paso del turista plazas tan emblemáticas y animadas como Højbro Plads o Gråbrødretorv donde hay que sentarse un rato con un buen café o una cerveza danesa a ver como pasa la vida en Copenhague.

Uno de los lugares que mas impactara al viajero es la república independiente de Christiania. Se trata de un barrio con “ayuntamiento” propio y normas propias de convivencia. Tiene su origen en la ocupación, en los años Setenta, de unos cuarteles que habían sido abandonados por el ejercito. Hoy en las diferentes entradas al barrio se pueden leer carteles que anuncian al visitantes que esta abandonando la Unión Europea. Así son los habitantes de Christiania…

Hay que seguir paseando por Copenhague, la hermosa capital del país de la felicidad, porque en esta pequeña gran ciudad aún queda mucho por ver y nada dejará indiferente al visitante. Además es prácticamente plana y casi sin coches, solo hay que tener cuidado no te atropelle una bicicleta.   

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