El Carnaval de Río de Janeiro, gran fiesta carioca

Los Carnavales de Rio de Janeiro son una de las grandes fiestas de Latinoamérica y la máxima expresión de la cultura carioca. Los carnavales llegaron a Brasil de la mano de los portugueses.

Tiene su origen en diversas fiestas paganas que la iglesia católica tomó como propias, colocándolas justo antes de la cuaresma. La idea era que, justo antes de los cuarenta días de ayuno de carne, de alcohol, de música y de todos aquellos placeres terrenales que dan un poco de sal a la vida las buenas gentes disfrutaran de unos días de comilonas, bailes, juegos y desenfreno.

Los Portugueses llevaron hasta Río de Janeiro la tradición europea principalmente basada en fastuosos bailes de mascaras.  Pero Río de Janeiro, con una importante población de origen africano, fruto de la trata de esclavos, supo mezclar esta  tradición europea con los colores, la música y la danza propias de su cultura hasta llegar a la gran fiesta de color y samba que son hoy los Carnavales de Río de Janeiro.

El Carnaval  de Río de Janeiro no tiene una fecha fija. Se celebra normalmente entre febrero y marzo, en función de cuando sea el miércoles de ceniza que marca el inicio de la cuaresma. Oficialmente dura cuatro días, desde el sábado hasta el martes anterior al miércoles de ceniza pero en Río de Janeiro se respira carnaval desde, al menos, una semana antes del miércoles de ceniza.

El Carnaval empieza en los barrios,  Copacabana, Botafogo o el Casco Histórico, con la salida de los blocos de rua. Los blocos son agrupaciones de los distintos barrios que salen a las calles en las tardes previas al inicio oficial del carnaval. Llevan la música, el baile, el color, la alegría y la samba a todos los rincones de la ciudad. Son libres, abiertas, hospitalarias y animan a que propios y extraños desfilen con ellos y sientan como propio el alma del carnaval. El viernes anterior al miércoles de ceniza, tras días de fiestas y blocos de rua por los barrios, se inicia oficialmente el Carnaval de Río de Janeiro. Lo primero es la coronación del Rey Momo que da inicio a la fiesta, ya en el famoso Sambódromo con el desfile de las escuelas de samba infantiles. ¡Hasta los niños llevan la samba en la sangre!

El sábado desfilan las escuelas de “aprendices”, aquellos que aún no entran en competición por el título de la mejor escuela de samba del carnaval. Cuando los ves recorrer los 500 metros del sambódromo con ese gran espectáculo de baile, música y color, no puedes creer que solo sean “aprendices”. El domingo y el lunes son los días grandes cuando las escuelas de samba especiales se juegan el título, entonces es cuando entiendes la impresionante belleza de este carnaval.  Cada escuela dispone de 80 minutos para mostrar su música, sus bailes, sus increíbles trajes y las carrozas exquisitamente decoradas; en definitiva,  el trabajo de todo un año y el gran momento del carnaval.

El martes dan por finalizada la competición y se inicia el duro trabajo de los jueces para decidir qué escuela es la mejor ese año. Se lo toman con calma y alargan un poco el carnaval, porque no es hasta el sábado siguiente cuando se celebra el Desfile de Campeones. Las seis mejores escuelas de ese año vuelven al sambódromo para un último espectáculo y de entre ellas se elige a la Campeona del Carnaval.

 

Con la mejor escuela recorriendo el sambódromo acompañada por 75.000 personas y muchas ganas de fiesta, despiden el carnaval con el mejor de los bailes, la mejor de las sonrisas y la esperanza de volver a ganar el año siguiente.

 

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