Ubicadas a casi mil kilómetros de tierra firme, las islas Galápagos conforman un archipiélago tan atractivo como enigmático, lo que hace de ellas el tesoro mejor guardado de Ecuador. Por eso, hoy conocerás por qué las islas Galápagos ofrecen a sus visitantes otra manera de apreciar el Pacífico.
Patrimonio de la Humanidad
Las islas Galápagos conforman un archipiélago de más de 230 islas e islotes, donde la naturaleza dio paso a un maravilloso santuario de especies animales, como aves, leones marinos, tortugas, tiburones y hasta pingüinos. Esta misma característica ha hecho que las Galápagos se encuentren bajo un régimen especial de protección medioambiental, ya que su ecosistema es bastante vulnerable.
Descubiertas hacia el año 1535, en plena etapa de colonización española de América, estas islas sirvieron en los siglos sucesivos como refugio de piratas y cazadores de ballenas. Sin embargo, fue en 1835 cuando el científico Charles Darwin realizó importantes investigaciones en ellas, lo que contribuyó en gran medida en el desarrollo de su teoría sobre el origen de las especies.
En 1978, las islas Galápagos fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y, desde entonces, la actividad científica y turística ha crecido notoriamente en estas, alcanzando fama mundial.
Qué ver en las islas Galápagos
Tan solo cuatro de sus más de 200 islas cuentan con población permanente, de las que Santa Cruz es la más habitada, y, además de esto, es un volcán dormido. En Puerto Ayora, su ciudad principal, podemos encontrar gran una cantidad de hoteles, restaurantes y sitios de avistamiento de especies autóctonas, siendo Bahía Tortuga el más importante.
En ese lugar es posible observar muy de cerca las famosas tortugas gigantes de Galápagos, iguanas marinas capaces de nadar con gran habilidad y diferentes tipos de aves. Todo esto, mientras se disfruta de una idílica playa.
En la isla de San Cristóbal, donde se ubica Puerto Baquerizo Moreno, la capital del archipiélago, probaremos una rica gastronomía a base de pescado y mariscos recién traídos del mar, y también podremos visitar las exóticas plantaciones de café, uvas y manzanas, cultivos increíbles de encontrar en un lugar del mundo tan recóndito como este. Allí, la paradisíaca playa de Cerro Brujo es un magnífico lugar para presenciar el atardecer en medio del océano Pacífico.
También merecen la pena conocer las islas Floreana e Isabela, donde la presencia de aves exóticas hará nuestro viaje mucho más colorido, al tiempo que observamos hermosas formaciones coralinas y la exuberante vegetación de sus manglares. Si tu presupuesto y estadía dan para más, seguramente podrás visitar otras de las islas e islotes del archipiélago, además de practicar el buceo.
Volcanes en pleno océano
Es sabido que Ecuador es un país lleno de volcanes a lo largo de su cordillera andina, sin embargo, en las islas Galápagos también encontraremos una gran cantidad de formaciones volcánicas, muchas de las cuales están activas en la actualidad y superan los mil metros de elevación, tales como el Sierra Negra y el Wolf, ubicados en la isla Isabela; La Cumbre, ubicado en la isla Fernandina; y la isla Genovesa, que es un volcán en sí misma.
Si buscas conocer un paraíso inolvidable, donde las playas se combinan con paisajes llenos de aventura, las islas Galápagos esperan por ti.
