Todos hemos soñado alguna vez con el paraíso. Hemos soñado con playas de arena blanca y aguas turquesas, con paseos entre montañas y pequeñas calas solitarias. Normalmente nos imaginamos nuestros paraísos a miles de kilómetros, en destinos lejanos y exóticos; sin embargo, todo aquello que soñamos lo tenemos a escasamente una hora de avión.
Seguro que todos hemos oído decir que Mallorca está tomada por los “guiris”. Es cierto, alemanes, ingleses, daneses, noruegos… muchos han escogido esta preciosa isla para su retiro y aún muchos más la tienen como destino de vacaciones. Ellos, antes que nosotros, han sabido apreciar las innumerables cualidades de la isla, añadiendo a la belleza de sus pueblos y sus parajes un ambiente cosmopolita y abierto donde todos son bienvenidos.
La pequeña gran Isla de Mallorca tiene 80 kilómetros de un extremo a otro. Parece increíble que en tan poco pueda haber tanto. Más de 550 kilómetros de playas, calas y acantilados; espacios naturales bellos y sorprendentes con picos de casi 1.500 metros; encantadores pueblos de piedra, pequeños pueblos pesqueros y toda la historia, la arquitectura, la gastronomía y la cultura de una isla cosmopolita y abierta al mundo.
Empezando por las playas, sea lo que sea lo que te guste, encontrarás las playas perfectas. La famosa playa de Es Trenc y sus más de 3 kilómetros de playa de fina arena blanca y aguas turquesas; es caló des Moro, una pequeña cala de agua transparente entre acantilados; o cala Varques, un lugar salvaje y virgen con aguas cristalinas y arenas blancas. Y esto solo por poner algunos ejemplos, ¡porque hay más de 260 playas! Además, el clima de Mallorca permite disfrutar de ellas durante gran parte del año.
Sorprende, y mucho, la Sierra de Tramuntana, en el noroeste de la isla. Tiene su techo en el Puig Major y sus 1.436 metros de altitud. Toma su nombre de la Tramuntana, el viento que llega del noroeste, y que según dicen, da al azul de cielo ese tono tan intenso que caracteriza a la isla. Uno de los lugares especiales de esta sierra es Sa Calobra, donde contemplar uno de los atardeceres más hermosos del país. Además de ser el lugar perfecto para recorrer senderos y disfrutar de la naturaleza, la Sierra de Tramuntana también cuenta con algunos de los pueblos más bonitos de la isla. Imprescindible una visita a Valdemossa, uno de los pueblos más bonitos de España, o a Deia, escondido entre el mar y la montaña, sin olvidarnos de Sóller, la capital de la Sierra.
Hablando de pueblos bonitos hay varias visitas necesarias. Una debe ser uno de los pocos pueblos en la isla que aún conserva todo el sabor y la tradición de un típico pueblo pesquero: Porto Colom. Tampoco puede faltar la Fortaleza Medieval de Capdepera o la preciosa Pollensa, cuna de tradición y cultura. No pasar por Andratx para visitar el pueblo y el islote más famoso de Mallorca, Sa Dragonera, sería un pecado imperdonable.
Y dejando los pueblos, ¡cómo olvidarnos de Palma de Mallorca! La Catedral, el Palacio Real de la Almudaina, el Castillo de Bellver, la Plaza Mayor… imposible no volverse loco con esta ciudad. Igual que con Manacor y las Cuevas del Drach, que sorprenden y enamoran a partes iguales.
Todo esto, junto a su gastronomía y su cultura, harán que te enamores de Mallorca, así que no lo dudes y cumple tus sueños, conocer Mallorca, un paraíso cercano.