Nicosia, la belleza dividida

En el corazón del Mar Mediterraneo, con su encanto intacto desde hace años, nos espera la hermosa y dividida Nicosia.

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Llegamos a la única ciudad europea partida por la mitad, igual que Chipre, la isla de la que es capital. Una mitad de Nicosia pertenece a Chipre y la otra a la República Turca del norte de Chipre (solo reconocida por Turquía), separadas por la llamada “linea verde”, una zona desmilitarizada controlada por las Naciones Unidas. Todo esto otorga a Nicosia un curioso contraste, dos ciudades en una.

En la zona chipriota hay que comenzar por la fabulosa muralla veneciana que rodea todo el casco antiguo. Construida en el siglo XVI para defender la ciudad de los Otómanos, la muralla esta maravillosamente conservada, con sus baluartes, su foso, sus bastiones y tres de las puertas originales. De entre ellas destaca la Puerta Famagusta, que además de estar casi intacta alberga un centro cultural e interesantes exposiciones.

La muralla de paso a Laiki Yitonia, el barrio medieval de Nicosia. Se trata de un entramado de calles en el corazón de la muralla donde los edificios han sido restaurados para que permanezca inalterable su aura medieval. Hay que dejar pasar el tiempo mientras se recorre cada rincón del barrio y se encuentran algunas de las muchas tabernas familiares donde degustar el auténtico sabor de Chipre.

Las iglesias también son protagonistas en Nicosia. La Catedral de San Ioannis, siendo la más pequeña y austera, es el alma ortodoxa de la isla además de contar en su interior con frescos de indudable belleza.  La iglesia Faneromeni es, por contra, la más grande e impresionante de la ciudad, aunque es la más bella es, quizá, la iglesia Tripiotis.

La calle Ledra es la calle comercial más importante del barrio antiguo y es uno de los lugares mas animados de la ciudad. Merece la pena una parada en el Museo observatorio de Ledra, donde disfrutar de una panorámica completa de toda la ciudad. Además, esta calle lleva al visitante hasta la extraña frontera en mitad de la ciudad. Allí, pasaporte en mano, se accede a la parte turca de Nicosia, que esconde tanta belleza como su vecina chipriota.

La parte antigua de la zona turca esta también rodeada por la fabulosa muralla veneciana. Perderse por sus calles es como un viaje a cualquier pequeño pueblo turco. Cada casa es una tienda, cada comercio un hogar y cada calle un avispero animado donde comprar es casi una obligación y regatear se convierte en parte del encanto.

Seguimos con las compras en uno de los lugares más bonitos de Nicosia, el Büyük Han. Este antiguo emplazamiento de caravanas es ahora un centro comercial de arquitectura singular y de visita imprescindible.

Más allá de las compras, la estrella indiscutible de la zona turca de Nicosia es la Antigua Catedral de Santa Sofia, que hoy es una hermosa mezquita gótica y un verdadero placer contemplar. Otras dos mezquitas acompañan a la mezquita Selimiye: la mezquita Haydarpasha y la mezquita Arabahmet.

Después de todo esto es sencillo entender porque Nicosia es el símbolo perfecto de la belleza dividida.

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