Marrakech combina a la perfección influencias culinarias árabes, beréberes, judías y francesas, lo que hace que su oferta gastronómica sea bastante completa e interesante. Por eso y más, te invitamos a conocer sobre Marrakech y sus sabores.
Te presentamos dos de los platos mas populares que vas a encontrar en tu visita a Marrakech.
Tajine, una cazuela llena de sorpresas
Las calles de Marrakech están repletas de establecimientos de comida, los cuales se adaptan a todos los presupuestos. Más allá de eso, si deseas conocer un ícono de la cocina marroquí, en esta ciudad tendrás la oportunidad de probar el suculento tajine.
El tajine es inicialmente una cazuela de barro con tapa cónica, en la cual se realiza la preparación que lleva el mismo nombre, y en la que, además, el comensal podrá comer directamente.
Esta comida funciona como plato principal, y está hecha a base de codero o pollo, el cual se cocina en sus propios jugos durante varias horas, junto a un guiso que incluye cebolla, ajo, pimiento, zanahorias, almendras, pasas y especias variadas.
El resultado es una carne tierna y con muchísimo sabor, que aprovecha ingredientes propios de la gastronomía mediterránea, que cubrirá las expectativas de cualquier comensal. ¡Imperdible!
La tierra del cuscús
Si te has preguntando de dónde proviene el cuscús, tal vez en Marrakech encuentres respuestas. En esta tierra se prepara uno de los mejores cuscuses del mundo, y los locales se sienten muy orgullosos de ello. Acá, el cuscús de sémola de trigo va a acompañado de verduras, pasas y garbanzos, todo guisado en un caldo de carne.
Por lo general, esta deliciosa preparación se sirve junto a una generosa porción de carne de res o pollo, por lo que resulta perfecto como un plato fuerte.
Entradas y acompañantes también se dejan ver
El pan marroquí, también conocido como batbout, se diferencia de otras variedades mediterráneas por ser bastante esponjoso, lo que le otorga una textura muy agradable. Es habitual que en Marrakech se ofrezcan porciones de este pan como entrada o acompañante de cualquier plato principal, y es tan rico comerlo solo, como relleno con vegetales, carne o simplemente remojado en aceite de oliva.
Otra entrada muy suculenta es la pastela, una suerte de tarta hecha de masa de hojaldre, y generalmente rellena de pollo guisado y muy bien sazonado con cebolla, pimiento, ajo, especias y almendras.
Una vez que se ha rellenado la masa, esta va al horno durante media hora, y al resultado final se le espolvorea azúcar y canela por encima, lo que da paso a una maravillosa combinación de sabores dulces y salados. Todo un regalo para los sentidos.
Y, para tomar, té de menta
En Marrakech, como en casi todo Marruecos, sus habitantes sienten gran orgullo por tomar té de menta, una bebida social que acompaña celebraciones, reuniones familiares o encuentros informales entre amigos.
De hecho, es muy normal que en cualquier establecimiento te ofrezcan té de menta con azúcar nada más sentarte en el lugar, y, de ser así, aprécialo, pues más que tomar una simple bebida, estarás formando parte de una tradición que lleva unos cuantos siglos.
El té de menta también acompaña comidas, y sirve para recuperar el aliento en días calurosos, además de conservar una costumbre que es respetada a manera de ritual por los habitantes de Marrakech.
Enamórate de los sabores de esta ciudad, y, ¡salud!