Costa Rica es uno de esos lugares, exóticos y maravillosos, que todo viajero sueña con visitar. Allí nos esperan grandes aventuras y algunos de los parques naturales más impresionantes del mundo. Pero antes de la obligada visita al país, merece la pena pasar unos días en su capital, San José, el epicentro de la cultura y la puerta de entrada a la “pura vida” de los Ticos.
“Pura vida” es, sin duda, la expresión más popular en el país. Los Ticos la usan para dar los buenos días o las gracias, para saludarse y despedirse, y define perfectamente el carácter abierto y alegre de sus gentes, además de su afán por vivir la vida a tope. Y todo esto, se palpa en el ambiente de la ciudad.
Toda visita a San José debe empezar por el monumento nacional por excelencia: el Teatro Nacional. Construido a finales del siglo XIX en el corazón de la ciudad, este teatro es el centro cultural del país, además de un bellísimo edificio, tanto por dentro como por fuera.
La siguiente parada también es obligada y monumental, la Catedral Metropolitana de San José. Ubicada en un extremo del Parque Central – el lugar que suelen elegir los lugareños para descansar y pasear – esta catedral neo-clásica de mediados del siglo XIX es imponente y solo disfrutar de su hermosa fachada hará que el paseo merezca la pena. Y si gustan los templos de culto, la Iglesia de Nuestra Señora de la Merced es una visita necesaria. Para muchos es la iglesia más bonita de todo el país.
Aunque quizá la verdadera joya arquitectónica de San José es el Edificio de Correos. Emblemático y hermoso, su cuidado estilo neo-renacentista lo convierte uno de los lugares más visitados de la ciudad y en otro imprescindible en toda visita a la capital Tica.
Tampoco podemos olvidarnos del Banco Central, ubicado a la espalda del anterior, una gran construcción, de más de 80 metros, que fue el primer banco público de Costa Rica y el edificio más alto de país desde principios del siglo XX hasta 2011, cuando se terminaron las Torres del Paseo Colón.
La Plaza de la Cultura, donde está la entrada principal del teatro, es una de las plazas más vivas y trepidantes de San José, siempre plagada de turistas y locales, siempre animada, siempre interesante. Además guarda uno de los más preciados tesoros de Costa Rica, el Museo del Oro Precolombino. Se trata de más de 1500 piezas de oro descubiertas en el país y con dataciones que van desde los 500 hasta los 1500 años de antigüedad.
Después de monumentos y cultura, llega el momento de perderse en algunos de sus parques más grandes y hermosos, donde además de pasear entre una naturaleza apabullante (que sorprende, y mucho, dentro de esta gran urbe) se puede disfrutar de la amabilidad y simpatía de los muchos ticos y ticas que van a querer compartir sus vivencias con los turistas. El Parque Central y el Parque Metropolitano de la Sabana son los dos más importantes y dos visitas que no puedes perderte.
Para el final hemos dejado dos lugares donde imbuirse en su estilo de vida y conocer un poco más del día a día de una ciudad trepidante. El primero es el Mercado Central, con sus más de 130 años de historia y sus 200 puestos, y el segundo es la Avenida Central, 12 manzanas peatonales plagadas de tiendas, restaurantes y vida.
Aún nos queda mucha San José por descubrir, lugares que enamorarán al viajero y le ayudaran al entender la auténtica “pura vida” costarricense.