La gran joya olvidada de Jordania. El lugar por el que, durante muchos años, los visitantes han pasado de camino a Petra, al Mar Muerto o a Wadi Rum. Quizá porque ella misma ha querido pasar desapercibida o quizá porque los visitantes no han sabido verla, el caso es que Ammán ha pasado de largo en muchos de los itinerarios de Jordania. Es una suerte para quienes quieren ir un poco más allá de lo típico para adentrarse en la auténtica, exótica y hermosa capital de Jordania.
Una de las pruebas evidentes de hasta que punto va a conquistarte es la Ciudadela de Ammán. Situada en la colina de Jebel al-Qal’a, una de las siete que forman la ciudad, es uno de los pocos lugares del mundo que ha sido habitado ininterrumpidamente desde hace más de 7.000 años. No se trata solo de ruinas históricas, es un verdadero paseo por Roma, Bizancio o las primeras épocas musulmanas. Disfrutar de las vistas de la ciudad mientras visitas el Templo de Hércules, el Palacio Umayyad o el Museo Arqueológico, es una experiencia que solo Ammán puede brindarte.
Seguimos de paseo por el grandioso pasado de esta ciudad visitando el Teatro Romano. Uno de los más grandes y mejor conservados de todo el Imperio Romano, este teatro -con capacidad para 7.000 personas-es todavía hoy sede de eventos culturales y musicales. Subir hasta lo alto de sus gradas es casi una escalada, pero como en las mejores montañas, las vistas son el mejor premio al esfuerzo.
Dejamos los vestigios de antaño para entrar en el bullicioso Zoco de Ammán. Uno de los zocos más vivos y auténticos de Oriente Próximo. Este zoco no es un espectáculo montado para turistas, es el lugar donde pasan las cosas, donde se vive el día a día y donde se pueden hacer compras al mejor precio de todo el país. También merece la pena una visita al gran mercado de comestibles. Ya sabes, dime lo que comes y te diré quien eres. Un vistazo a los puestos y en seguida te das cuenta de que su dieta y la nuestra se llevan muy poco. Tampoco puedes olvidarte del Zoco del Oro. No solo son trabajos delicados y hermosos, además tienen el mejor precio que vas a encontrar.
Seguimos visitando Ammán para conocer su alma religiosa, la Mezquita Gran Hussein. Construido a principios del siglo pasado en piedra blanca y rosa, solo contemplar su fachada es un placer para los sentidos.
Aunque todo esto hace de Ammán un lugar muy especial, son las pequeñas experiencias las que, de verdad, conquistan al viajero. Fumar una pipa en alguna de las muchas terrazas; degustar el mejor hummus del mundo en algún coqueto restaurante o perderte entre sus gentes y descubrir sus rincones, serán solo algunos de los momentos especiales en una ciudad llena de sorpresas.