Recuerdo que llegué a Bariloche sin muchos planes. Ingresé a la aplicación de Couch Surfing para ver si había actividades programadas por mochileros, y 20 minutos después me encontraba en una oficina de alquiler de autos junto a dos chicas francesas, una alemana y un argentino. Todo así de rápido.
Aquí te dejamos nuestra galería de imágenes del Camino de los Siete Lagos. Hacer click en la imagen para abrirla.
Ellos se habían conocido a través de la aplicación. Anne Marie, la alemana, había publicado que quería hacer la famosa ruta o camino de los Siete Lagos en auto particular. Respondieron las francesas, Elfi y Julie. Empezaron a chatear y afinaron todos los detalles de la gira. Después se les unió Santiago, el argentino. De pura suerte había un cupo disponible en el auto, así que yo pude integrarme a último momento.
Tomamos la Ruta Nacional 40, la famosa carretera que atraviesa casi toda la Argentina de sur a norte. Salimos de Bariloche con una linda vista del Lago Nahuel Huapi. Nuestra primera parada fue en Villa la Angostura, una pintoresca localidad conformada por casas de estilo alpino.
Allí nos detuvimos a almorzar en uno de los muelles de la Bahía San Patricio, en una especie de cabaña abandonada sostenida por pilotes en medio del lago. Gozamos de una vista espectacular, en tranquilidad absoluta, y por supuesto no perdimos la oportunidad de nadar en las aguas frescas del Nahuel Huapi.
Luego, iniciamos oficialmente el camino de los siete lagos: Espejo, Correntoso, Escondido, Villarino, Falkner, Machónico y Lácar. Se encuentran en la carretera que comunica a Villa la Angostura con San Martín de los Andes, en un trayecto de dos horas en auto, pero que se alarga mucho más porque cada 10 o 15 minutos vale la pena detenerse en los miradores para divisar la belleza de estos lagos patagónicos.
Cuando no íbamos ni a la mitad de camino, Santiago propuso desviarnos hacia Villa Traful. A pesar de que el lugar es muy bonito, llegar y salir fue toda una pesadilla. La carretera no está asfaltada, por lo que no se puede andar a mucha velocidad. El pueblo es agradable, aunque no hay mucho por hacer además de visitar el muelle-mirador del Lago Traful.
Vimos en el Google Maps que la ruta seguía hacia el norte y conectaba con San Martín de los Andes, en donde teníamos reservada una casa campestre para pasar la noche. Pero el Google Maps estaba equivocado y la carretera nos llevó a lugares inhóspitos. Creo que estuvimos unas 4 horas “perdidos” en medio de montañas que parecían locaciones de Game of Thrones.
Llegamos por la noche a nuestro destino, con el fracaso de solo haber visto tres de los siete lagos. Lo bueno es que al día siguiente teníamos que regresar a Bariloche, así que había una nueva oportunidad para recorrer el circuito.
Moraleja: si van a Villa Traful desde Villa la Angostura, regresen por la misma vía, no sigan derecho hacia el norte porque se pierden.
En San Martín de los Andes, fuimos a recorrer algunos miradores de esta hermosa ciudad rodeada por el Lago Lácar y montañas repletas de árboles. Antes de medio día, partimos con destino a Bariloche para visitar el resto de los lagos.
Es difícil tener un recuerdo diferente de cada lago. A veces uno cree que está viendo lo mismo pero desde distintos ángulos. Sin embargo, no por eso dejan de ser paisajes hermosos, sitios perfectos para hacer un alto en el camino y sentir la paz de la naturaleza. Me acuerdo que en el Lago Escondido todos hicimos una siesta acostados en su orilla. Tremendo plan, ¿no?
Recomiendo hacer este circuito en auto particular. Creo que no hubiese sido lo mismo en un tour de agencia, porque el tiempo para observar cada lago debe ser corto. Nada mejor que disponer de un ritmo y tiempo propio en lugares así. Perderse tampoco está de más.