Historia del Metro de Madrid

El Metro de Madrid, Cien Años de Historia

En el  2019 se cumplen 100 años desde que aquel 17 de Octubre de 1919, el Rey Alfonso XIII revolucionara el sistema de transporte inaugurando la primera línea del Metro de Madrid que cruzaría la ciudad de norte a sur y abarcaría ocho estaciones entre Cuatro Caminos y la Puerta del Sol. El trayecto de casi cuatro kilómetros de distancia pronto se convertiría en testigo fiel de la historia del país y en el comienzo de su paso hacia el futuro.

Los inicios del Metro de Madrid

Para finales de 1800, Madrid era transitado por una gran cantidad de Tranvías y carruajes que abarrotaban las calles e invertían mucho tiempo para cubrir las rutas de la ciudad. Con la intención de disminuir la convulsión de la capital y facilitar el transporte de mercancía y de la creciente población madrileña, el ingeniero Pedro García Faría, propuso la construcción de un sistema de ferrocarril subterráneo  que tuviera como punto de partida la Puerta del Sol y que se trasladase a lo largo de 5 estaciones; sin embargo, el proyecto fue desestimado luego de que la red de Tranvías fuera electrificada entre los años 1898 y 1906.

No obstante, un grupo de ingenieros seguía considerándolo como una necesidad y para 1913, Miguel Otamendi, Carlos Mendoza y Antonio González Echarte, presentaban un nuevo proyecto con el cual, el Rey Alfonso XIII se entusiasmaría e involucraría de forma personal aportando un millón de pesetas de su propia fortuna que junto a la inversión de 4 millones de pesetas del Banco Vizcaya, despertarían el interés de muchos otros empresarios con lo que finalmente pudo conseguirse el capital que hiciese realidad el plan de estos visionarios. Es así, como en Julio de 1917 empiezan las obras del Metro de Madrid encargándole al arquitecto Antonio Palacios Ramil, levantar las estaciones y los accesos del nuevo suburbano.

Metro de Madrid

Tras dos años de trabajo y contra todo pronóstico, el 17 de Octubre de 1919 el propio Monarca realiza el primer viaje e inaugura lo que hoy conocemos como la línea 1 del metro, recorriendo desde Cuatro Caminos hasta Puerta del Sol entre ocho estaciones distribuidas a lo largo de 3,48km en tan solo 10 minutos.  El Ferrocarril Metropolitano abrió sus puertas al público el 31 del mismo mes, transportando durante ese año a más de 14 millones de usuarios.

Desde entonces, el metro ha estado en constante ampliación y modernización. A partir de 1921 ha multiplicado el número de estaciones y vagones de los trenes, cubriendo una red de 294km de recorrido en  más de 300 estaciones que conforman las 12 líneas diferentes, enlazando a los más de 2,3 millones de usuarios diarios, con los lugares de mayor interés económico de la ciudad y municipios vecinos.

Tras una vida centenaria, el metro no solo ha llegado a ser un medio de transporte de masas imprescindible para la comunidad madrileña, sino que se ha vuelto un ícono de la ciudad y sus rincones acumulan lo secretos que los matices históricos y las miles de anécdotas cotidianas han dejado con el paso del tiempo.

Cultura e historia en el Metro de Madrid

Como si de un museo subterráneo se tratase, al pasear por sus instalaciones es posible volver la mirada al pasado y recordar que entre sus túneles hallaron refugio quienes se escondían de las bombas durante la guerra civil y sus vías sirvieron para la formación de un hospital y transporte de los heridos.

También puedes sorprenderte al encontrar estaciones fantasmas como la Estación Chamberí que formaba parte de las estaciones originales y se hallaba en desuso desde 1966 dada la ampliación de los vagones y su cercanía con las estaciones contiguas hasta que fue rehabilitada en 2006 para mostrar al público una imagen del metro en sus inicios.

No causa menos fascinación circular por la Estación de Carpetana y poder disfrutar de una zona expositiva de hallazgos paleontológicos de hace aproximadamente 14 millones de años procedentes tanto de una variedad de animales como de especies arbóreas.

De igual forma, el arte y la cultura invaden el Metro de Madrid y diversas estaciones toman el nombre de grandes personajes. En la Estación Goya,  nombrada así en homenaje al pintor aragonés, se muestran copias de algunas de sus obras. La Estación Retiro exhibe en ambos andenes, murales del dibujante Antonio Mingote, mientras que Ventas exhibe un mural de 25 metros, con temática taurina, obra de José Luis Fernández González. La Estación Paco de Lucía, expone un mural de 300 metros cuadrados del rostro del guitarrista y compositor fallecido en 2014. En la entrada de la Estación Arguelles, es posible contemplar un colorido mosaico que reproduce la imagen del teleférico de Madrid.

Por su parte, la Estación Ópera acoge uno de los mayores tesoros de la capital: los restos arqueológicos de Madrid desde el siglo XIII. Allí, en la segunda planta, es posible admirar la Fuente de los Caños del Peral del siglo XIII y creada por el arquitecto del Monasterio del Escorial, Juan Bautista de Toledo; el Acueducto de Amaniel del siglo XV que regaba los jardines del palacio y una alcantarilla de ladrillo del siglo XVII. Asímismo, la Estación Sol, dejó al descubierto los restos de la Iglesia y el Hospital del Buen Suceso que se remontan entre los siglos XV y XVI.

Cuenta con un centro comercial en la Estación Príncipe Pío y con un maravilloso sistema gratuito de préstamo de libros llamado bibliómetro que se puede encontrar en la Estación Puerta del Sur. Además, desde 2016 es posible que te acompañe tu perro haciendo muchísimo más ameno tu viaje en tren.

A día de hoy, el Metro de Madrid es el sistema de transporte más rápido, económico y eficaz para recorrer la ciudad y es considerado como referente de vanguardia tecnológica, accesibilidad y calidad de servicio a nivel mundial. Se posiciona como el tercero de Europa, sólo por detrás de Londres y Moscú, y el compromiso que mantiene con los madrileños hace que seamos incapaces de imaginar una Madrid, sin recorrerla desde sus entrañas.

Este año estrenará logo y se realizarán diversas actividades con motivo de su centenario. Nosotros no podemos más que unirnos a la celebración, deseándole muchos más años de un excelente servicio.

¡En hora buena! por los cien años de historia.

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