Nos vamos a comer a Buenos Aires, ¿te animas?

Hoy nos vamos a comer a Buenos Aires y queremos probarlo todo. Como ciudad cosmopolita y abierta que es, en Buenos Aires podemos comer cualquier cosa que imaginemos. Pero hoy no vamos buscando un japonés, un vietnamita o comida thai, hoy no queremos fusiones modernas en estilosos platos ni comida francesa de postín, hoy vamos buscando los auténticos platos bonaerenses, hoy vamos a comer como un bonaerense más. ¿Te animas?

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No va a ser un trabajo fácil porque la gastronomía de Buenos Aires es tan rica y tan variada como la misma ciudad, pero con un buen paladar, un poco de mate, un mucho de buen humor y buen estómago, vamos a ver si nos hacemos con un buen montón de platos típicos argentinos.

En Buenos Aires empiezan a servir comidas sobre las 12:30, así que vamos a ir a comer pronto y nos va a venir muy bien, porque vamos a comer copioso y abundante.

De entrante podemos pedir dos de los clásicos en Buenos Aires, el choripán y el pebete. El choripán no es ni mas ni menos que un bocata de pan de pueblo con chorizo, regado con una deliciosa salsa chimichurri. El pebete es un sandwich de jamón y queso con mayonesa. Para que no se nos quede corto, lo vamos a acompañar con una picada. Se trata de poner embutidos, queso, aceitunas, huevos y salami, cortados y preparados sobre una tabla de madera de donde cada uno, con ayuda de nuestro palillo, vamos a ir comiendo lo que mas nos guste.

Para el plato principal la oferta es tan apetecible que nos vemos casi en la obligación de comernos varios platos. Como ya hemos dicho, esto de comérselo todo en Buenos Aires no va a ser sencillo.

No puede faltar la estrella de la comida bonaerense: el asado. Hecho sobre brasas de carbón vegetal o madera, se trata no solo del plato más conocido y representativo de la comida de Buenos Aires, tomar un asado para un argentino es mucho más que comer una exquisita carne de vaca argentina en diversos cortes aderezada con salsa criolla,  hecha a la brasa y acompañada de morcilla y chorizos, tomar un asado es un acto social. Un momento para disfrutar de la comida, de los amigos o la familia, hablar, reír, comer y beber. En un buen asado bonaerense es tan importante la carne como la compañía.

Como somos aficionados a la cuchara, vamos a acompañar el asado con un locro. Es un guiso cocinado a base de mandioca (conocida también como tapioca) aderezada con diversas carnes y vísceras de vacuno. Es sabroso y contundente. De esos que piden una buena siesta de postre, aunque la verdad es que nadie viene a Buenos Aires a dormir siestas.

De postre en este fastuoso almuerzo nos decidimos por el típico alfajor-dos capas de galletas o bizcocho rellenas de dulce de leche- y unas bolas de fraile, que son bolas de masa fritas rellenas de dulce de leche, membrillo o crema pastelera. Todo ello acompañado, como no puede ser de otra manera, por una rica infusión de mate con unas cascaras de naranja y una pizca de limón.

Iniciamos la tarde paseando, que falta nos hace después de la comilona. Vamos a dejar que Buenos Aires nos lleve donde quiera y nos vaya enseñando sus rincones mientras pensamos en qué nos vamos a tomar para acompañar el mate en la merienda. Seguimos con los típicos y nos quedamos con el más argentino de los dulce, el dulce de leche.

Tras la merienda seguimos con nuestra visita a Buenos Aires. Seguimos dejando que la ciudad vaya guiando nuestros pasos para mostrarnos sus lugares más emblemáticos. Así van transcurriendo las horas y casi sin darnos cuenta son ya las 20:30 y hay que ir pensando en la cena. Los restaurantes empiezan a servir cenas sobre las 20:30, pero lo cierto es que la mayoría de ellos están abiertos hasta bien entrada la noche, así que podemos estar tranquilos mientras decidimos cuales van a ser los manjares que probemos en esta cena.

Para empezar picando algo, vamos a compartir un mondongo y una buseca. El mondongo es un plato preparado a base de vísceras de diferentes animales y la buseca es parecida a nuestros callos. Ambos están deliciosos y son platos con un sabor fuerte y penetrante.

Tras los entrantes, vamos a pedir uno de los platos más populares y queridos por los bonaerenses, las empanadas. Las empanadas argentinas tienen forma de semicírculo y van cerradas con el “repulgue” para evitar que se salga el relleno. Se pueden rellenar casi con cualquier cosa, carne, atún, maíz, sea como sea siempre están riquísimas. En Buenos Aires las empanadas se cocinan de dos formas, fritas o al horno. Las fritas resultan más crujientes y las horneadas más sabrosas. Nosotros pediremos una de cada y así probamos las dos.

Tampoco podemos dejar de probar la Milanesa Napolitana. Este plato, inventado en Buenos Aires,  es una herencia de la comida italiana. Es una milanesa (filete rebozado con pan rallado y frito) a la que se le añade queso y tomate. El queso derretido mezclado con el tomate dan al filete empanado argentino un toque muy especial que gusta a todo el mundo.

Para terminar nuestro gran día gastronómico por Buenos Aires como manda la tradición hay que pedir mate y degustar este infusión acompañada de una pastafrola, una tarta cubierta y rellana de dulce de lecha o dulce de batata.

Y como irse a dormir con el estomago lleno no es muy recomendable, tras la cena llega el momento de salir y ver los que Buenos Aires nos tiene preparado para una noche de fiesta…

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