Buenos Aires, la ciudad de sangre italiana

La mayoría de la gente piensa que la ciudad de Buenos Aires siempre tuvo este nombre, he de confesar que yo mismo también hasta hace bien poco. No, durante mucho tiempo el nombre de esta ciudad fue otro por dos veces.

La historia nos dice que en 1370 un barco que fue sorprendido por una tormenta mientras navegaba se deshizo de toda la carga y tan sólo se salvó una caja coincidiendo con la remisión del temporal. Al arribar a su destino, Cagliari en la isla de Cerdeña, encontraron en el interior de la caja la imagen de la Virgen de La Candelaria. A partir de ese suceso se le veneró como la virgen de los navegantes con el nombre de Bonaira, castellanizado como Buen Ayre.

En la llamada Primera Fundación  Pedro de Mendoza, llegó al Rio de La Plata en 1536 y llevado por su devoción a esta virgen denominó al lugar como Puerto de Nuestra Señora Santa Maria del Buen Ayre

En la llamada Segunda Fundación Juan de Garay en 1580 denominó oficialmente la ciudad con el nombre de Ciudad de la Santísima Trinidad hasta 1996, fecha en la que oficialmente recibió las denominaciones de Ciudad de Buenos Aires y Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

 

Del nombre inicial que recibió la ciudad nos queda la Iglesia de Nuestra Señora del Buen Ayre, construida en 1932 en el barrio de Caballito.

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