He de volar de aquí a poco, el vuelo dura más de 10 horas y aún tengo el recuerdo de la última vez, pasado un tiempo el asiento era un suplicio, ya no sabía en qué posición colocarme para no sentir incomodidades.
Desde hace algunas décadas ha aumentado tanto el transporte aéreo que ha favorecido el incremento de problemáticas en los vuelos de larga duración, una de las más populares es el llamado Síndrome de la Clase Turista ó Trombosis del Viajero.
El Síndrome de la Clase Turista produce la aparición de síntomas derivados de sufrir una trombosis venosa, fundamentalmente una trombosis venosa profunda (TVP) debido al reducido espacio entre los asientos de la Clase Turista de la mayoría de los aviones. Se origina debido a la escasa o nula movilidad en las piernas durante un tiempo prolongado conjuntado con una deshidratación y a factores influyentes en el pasajero.
Prevención
Con el fin de evitar que se produzcan las condiciones para sufrir el Síndrome de la Clase Turista hay que tomar medidas para aumentar la movilidad de las piernas. En el vuelo hay que llevar ropa cómoda y de fibra natural para favorecer la transpiración, importante que no sea ceñida. Solicitar asiento en pasillo preferiblemente y mantenerse activo caminando con frecuencia por los pasillos, no doblar en exceso las piernas para evitar que la posición impida una buena circulación sanguínea. Beber agua con asiduidad para evitar la deshidratación producida por la baja humedad a bordo. Evitar las bebidas alcohólicas, los somníferos, tranquilizantes y el café. A las personas que se les hinchan los pies o que anteriormente hayan sufrido una trombosis se recomienda ingieran una aspirina antes de comenzar el viaje.
El Síndrome de la Clase Turista puede manifestarse durante el vuelo pero en muchos casos estos trastornos aparecen semanas después.
Seguir estos consejos es la mejor forma de prevenir la posible aparición del Síndrome de la Clase Turista que tantos trastornos causa a quien lo padece.