Pasear por Atenas puede resultar fascinante, sobre todo si nos atrevemos a visitar sus espectaculares monumentos históricos, donde se aprecia lo más grandioso de la civilización griega. En la Acrópolis de Atenas descubriremos un mundo de esplendores pasados.
Cómo llegar a la Acrópolis de Atenas
La Acrópolis de Atenas se encuentra ubicada en una montaña, desde la cual se puede divisar gran parte de la ciudad. De hecho, su construcción fue pensada en este lugar por motivos militares, ya que, de ese modo, serviría como una importante herramienta para defender la urbe en caso de algún ataque o invasión.
Al visitar Atenas es esencial conocer la Acrópolis, y para llegar a ella tenemos varias opciones. Debemos tener en consideración que esta se ubica en un enorme complejo de monumentos y ruinas, muy cerca del centro de la ciudad, por lo que resulta relativamente sencillo acceder a este sector.
Desde zonas muy concurridas de Atenas, como el bulevar de Monastiraki o la plaza Sintagma, podemos llegar caminando hasta la Acrópolis. Eso sí, es recomendable llevar agua y algún refrigerio, pues el camino, que es mayoritariamente plano y agradable durante su tramo urbano, se convierte abruptamente en una cuesta bastante empinada al acercarnos a nuestro destino.
Si te encuentras en otro sector de la ciudad, lo más recomendable es movilizarse en el metro de Atenas y desembarcar en las estaciones de Monastiraki o Akropoli, según la línea que estés utilizando en el subterráneo.
La cuesta está llena de contrastes, ya que nos cruzaremos con los pintorescos barrios de Anafiotika y Plaka, cafés y tiendas de souvenires, así como también con algún que otro callejón desaseado e inhóspito por donde rondan menesterosos. Esto hace que sea importante andar muy atentos durante todo el trayecto, hasta alcanzar los puestos de venta para los tickets de entrada a la Acrópolis.
Qué encontraremos en la Acrópolis
Al llegar a la Acrópolis de Atenas, estaremos en presencia de una monumental entrada, que deja sin aliento a cualquiera. Se trata de los Propileos. La sensación al estar en ese punto resulta indescriptible, y el viajero suele cuestionarse si realmente está pisando ese lugar. La expresión en el rostro de los visitantes suele ser unísona en este sentido.
Al continuar el recorrido, nos toparemos con el Templo de Atenea Niké, para luego dar paso a la principal atracción del complejo: el Partenón. La altura y el grosor de sus columnas nos evocarán las imágenes de los libros de historia, con el plus de estar presenciándolo en directo.
A pesar que esta edificación se encuentra bastante deteriorada, producto del paso del tiempo y de numerosos eventos y saqueos que la han asolado a lo largo de los siglos, la estructura no deja de ser impactante.
Por último, seremos testigos de otras dos grandes obras arquitectónicas en este espacio. Se trata del Erecteión y el Teatro de Dionisio. Lo dicho una obra impactante de principio a fin.
Otros atractivos alrededor de la Acrópolis
Bajo la colina coronada por la Acrópolis de Atenas, tendremos frente a nosotros al Templo de Zeus Olímpico, otra gran obra del período clásico de la ciudad, y al Odeón de Herodes, erigido durante el periodo romano. En fin, que para recorrer todos estos atractivos tendremos que reservar como mínimo un día de nuestra inolvidable visita a Atenas.