Seguro de viaje, llévalo siempre para no necesitarlo nunca

Durante muchos años, mientras los niños fueron pequeños, más que viajar cada año hacíamos un veraneo. Nos íbamos casi siempre a la playa, a descansar, a que los enanos se divirtieran y olvidarnos de todo. Cuando crecieron y empezaron a no querer ir con sus padres a ningún lado, no te voy a decir que no nos diera un poco de pena, pero la verdad es que vimos que nuestro momento había llegado por fin.

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Tokio, la ciudad a la que hay que volver

Tokio es una ciudad enorme, son más de 600 kilómetros cuadrados y más de diez millones de personas distribuidos en 23 barrios. Es una ciudad masificada, eso es cierto; pero eso no la convierte en caótica. De alguna forma que nosotros somos incapaces de entender, los japoneses consiguen que todo parezca organizado y tranquilo bajo un principio universal que parece decir “vive como quieras y sonríe”.

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El Camino del Inca, otra forma de descubrir Machu Picchu

Llegar a Machu Picchu por el Camino del Inca ha sido siempre uno de mis viajes fetiche. Uno de esos lugares que sabía que tenía que visitar y una de esas experiencia que sabía que tenía que vivir. No se si es por tratarse de una de las maravillas del mundo o porque aúna mis dos grandes pasiones: la montaña y la historia. Pero lo cierto es que aunque hay un montón de lugares y países bellos en el mundo, para mi Machu Picchu y el Camino del Inca han sido siempre especiales.

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Cartagena de Indias, la perla colonial de Colombia

Ni mas ni menos que en el Caribe colombiano encontramos la ciudad colonial más importante de Latino América: Cartagena de Indias. Fundada por los españoles en el siglo XVI y convertida en puerto estratégico para el transporte del oro y el comercio de esclavos,  fue objeto de ataques y asedios por parte de piratas y naves enemigas. Aguantó gracias a sus murallas, que se conservan casi en su totalidad.

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Puente de San Sebastián, arcoíris de unión

Estamos en Aviles, en Asturias, contemplando el puente más emblemático de la zona, se trata del Puente de San Sebastián. A pesar de no ser un puente modernista ni de formas vanguardistas llama la atención del que lo ve y le confiere un agradable colorido a todo el entorno.

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