Visitar Roma es toda una aventura que requiere mucho tiempo o mucha planificación, porque esta ciudad cuenta con tantos grandes espacios, lugares famosos en el mundo entero, que resulta complicado sacar tiempo para visitar esas otras joyas que esconde la ciudad.
Para los amantes del arte o simplemente para aquellos que saben apreciar la belleza, visitar la Galería Borghese se convierte en una necesidad. La Galería está situada en los maravillosos jardines de Villa Borghese y da cabida a la colección de pintura, escultura y antigüedades de la célebre familia Borghese.
La colección fue iniciada por el cardenal Scipione Borghese a principios del siglo XVII, quien además de ser el primer mecenas de Bernini, fue también un verdadero entusiasta de Caravaggio, por lo que abundan las obras de estos dos grandes en su colección.
La sede de la Galería está situada en el Casino nobile, dentro de la Villa Borghese y se trata de un pequeño palacio construido por el Cardenal con el único propósito de exponer su colección, convirtiéndose en uno de los primeros edificios construidos con el único fin de la exposición de arte. Por eso, la Galería Borghese es una obra de arte en si misma. Un palacio exquisitamente decorado con el propósito de estar a la altura de la belleza de las obras que guarda. Una visita imprescindible en Roma.
La visita a la Galería comienza con una extensa colección de antigüedades de los siglos I a III d. C, entre los que destaca el Mosaico de Gladiadores del siglo IV. Acompañando a la gran colección de escultura clásica se pueden ver también algunas de las grandes obras de Bernini como El rapto de Proserpina o Apolo y Dafne. Cómo olvidarse de la Paulina Bonaparte de Canova, que tuvo la osadía de representarla como una venus victoriosa. Seguimos la visita y la mano de Bernini nos sigue sorprendiendo con obras como el David o Eneas y Anquises, esculpida por el genial artista a la tierna edad de 15 años.
La segunda planta del edificio está dedicada a la pintura y contiene la más importante de las colecciones del gran Caravaggio. Son cinco las grandes obras de este autor que cuelgan en las paredes de la Galería: David con la cabeza del Goliat, la Virgen de los palafreneros, Joven con cesta de frutas, San Jerónimo y Baco enfermo. Además, el Entierro de Cristo de Rafael, Amor sacro o amor profano y Venus vendando los ojos a Cupido ambos de Tiziano son otras 3 obras maestras que también cuelgan en las paredes de la galería. Y esto, por mencionar solo una parte de su extensa colección.
La visita a la Galería Borghese es un placer para los sentidos, un lugar donde incluso aquellos que suelen decir “yo no se nada de arte” se ven sobrecogidos por la belleza de las obras y el enorme talento de los autores. No hace falta entender de arte para saber apreciar las cosas hermosas.
