Llevar un diario de viaje es una costumbre que cogí tiempo atrás y la verdad es que me encanta. Me decidí a hacerlo cuando conocí a Anne Marie, una señora mayor que estaba recorriendo Tailandia con nosotros. A sus setenta años había viajado por medio mundo y tenía un diario de viaje de todos y cada uno de ellos.
Aquí te dejamos nuestra galería de imágenes de Cesky Krumlov en la República Checa:
Hablaba con tanto cariño y tanta nostalgia de sus diarios y sus recuerdos, que me dije, yo quiero eso cuando sea mayor. Desde entonces, en cada viaje, cada noche dedico unos minutos a escribir sobre los lugares y las impresiones del día. Después, ya en casa, cuando tengo tiempo hago una selección entre las millones de fotos y con el diario monto mi propio álbum virtual de recuerdos.
Ahora me estaba poniendo a ordenar la fotos y “pasar a limpio” el diario de mi viaje a Praga con Cristina, del que regresamos hace un par de semanas. La verdad es que Cris y yo estábamos entusiasmadas con la idea de conocer Praga y en un principio no nos planteamos ninguna excursión fuera de la ciudad. Fue cuando fuimos a cerrar el viaje a Oceanic 2000 cuando Sergi nos comentó la posibilidad de Cesky Krumlov, como sus consejos suelen ser buenos, nos decidimos a contratarla. ¡Fue un gran acierto!
Praga nos entusiasmó y cumplió con creces todas nuestras expectativas. Pero, Cesky Krumlov nos sorprendió y nos enamoró a las dos. Por eso, aunque normalmente, estos diarios de viaje son privados-para mi y mis compañeros de viaje- tras releer mis notas sobre Cesky Krumlov y ver lo cerca que estuvimos de perdérnoslo (gracias Sergi), esta vez he decidido que vale la pena compartirlo para que quienes tengan la oportunidad no lo duden.
Bueno, pues ahí va… espero que os guste.
Diario de viaje.
19 de septiembre. Excursión a Cesky Krumlov
Después de dos días y medio de Praga a tope, visitando, viendo y disfrutando, la idea de una escapada al campo a ver una pequeña ciudad medieval era más que apetecible. Así que hoy tocaba diana a las 7:15 para desayunar y prepararnos porque a las 8:30 nos espera un autobús en la Plaza Wenceslao. Nos vamos a Cesky Krumlov.
Llegamos al punto de encuentro a las 8:20 y ya nos estaban esperando. En viaje en bus son más de dos horas, pero era moderno y cómodo por lo que resultó fantástico poder disfrutar de los paisajes de la Bohemia. También aprovechamos para conocer un poco a nuestros compañeros de excursión. Pasamos medio viaje charlando con Maite y Pedro, un matrimonio de un pueblo de Albacete. Una pareja viajera y encantadora.
Cesky Krumlov es una ciudad de cuento, pero de verdad. Nada más bajar del bus, Pedro que es un hombre muy expresivo ha soltado un ¡madre mía, que lugar más bonito! Le ha salido del alma y nos ha hecho reír a todos. Pero “bonito” no le hace justicia a la Plaza del Ayuntamiento. Esta plaza renacentista con fachadas de colores y una gran columna barroca, está un par de pasos más allá de bonito.
Mientras Pieter, nuestro guía, nos explicaba todos los detalles de la plaza nosotros simplemente nos dejábamos llevar por sus palabras y el encanto del lugar. Seguimos a Pieter paseando por antiguas calles adoquinadas repletas de hermosos edificios e historias, algunas un tanto tétricas. Íbamos todos como embelesados, mirando alrededor y alucinando con este pequeño gran tesoro del que muchos no habíamos oído hablar.
No tardamos en llegar a la Iglesia de San Vito, a orillas de Río Moldava, y quien mejor supo expresar el sentir de todos al ver esta gran obra gótica fue Maite con un sincero: si la iglesia de mi pueblo fuera como esta, no faltaría ni un domingo 🙂
Nuestros pasos tras Pieter nos llevaron hasta la Calle Latrán, la arteria principal de Cesky Krumlov. Entramos por la Puerta de Budejovice, la única que aún se conserva de entre las puertas que daban entrada a la ciudad amurallada. Recorremos la calle entera tras los pasos de Pieter, mientras iglesias, un gran monasterio y hermosos edificios que albergan históricos comercios van adornando sus explicaciones.
Y, por fin llegamos al Castillo de Cesky Krumlov, que nos ha observado desde lo alto durante todo nuestro paseo. Este castillo es un cuento de hadas. De una forma difícil de explicar pero increíble de disfrutar, mezcla los estilos renacentista, barroco y gótico de una forma exquisita. Pieter nos explico el porqué de esta mezcla de estilos, pero estaba flipando y no lo recuerdo. Lo que si recuerdo, como si aún estuviera allí, es la vista de Cesky Krumlov y el meandro del Río Moldava que la rodea, desde lo alto de la Torre del Castillo. Creo que se ha quedado grabada en mi memoria para siempre.
Nos han llevado a comer a un restaurante estupendo en todos los sentidos. Comida típica checa, deliciosa y abundante, y el ambiente genial. Con cervezas, buena comida, mejor compañía y las historias de Pieter sobre Cesky Krumlov, el almuerzo ha estado a la altura del resto de la excursión.
Cris y yo hemos pasado la tarde perdiéndonos por las calles, mirando algunas tiendas, soñando y creando nuestros propios cuentos de hadas. Historias de príncipes en apuros, de princesas guerreras, de artistas bohemios y lugares embrujados.
Ha llegado la hora de tomar el bus para regresar a Praga, y ahora estoy cruzando la Bohemia a oscuras, intentando expresar con palabras lo que he visto hoy. Cuando, una vez en casa, lea este diario espero poder evocar lo que ahora estoy sintiendo.
Cesky Krumlov pasa, sin duda, a mi Top 10 de lugares a los que tengo que volver algún día.
