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Catedral de San Vito, una joya en Praga

El corazón de la vida espiritual checa reside en la Catedral de San Vito. Con más de seis siglos de vida, este espectacular templo guarda tanta historia y tesoros como la ciudad misma y, es el principal representante del estilo gótico de Praga. ¡Acompáñanos a conocerla!

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El corazón de la vida espiritual checa reside en la Catedral de San Vito. Con más de seis siglos de vida, este espectacular templo guarda tanta historia y tesoros como la ciudad misma y, es el más grande exponente del estilo gótico de Praga. ¡Acompáñanos a conocerla!

El nombre completo de esta imponente obra arquitectónica es Catedral de San Vito, Venceslao y Adalberto. Se ubica en lo alto de Malá Strana, forma parte del complejo del Castillo de Praga dibujando una de las vistas favoritas de Praga y ha acogido eventos importantes como coronaciones, bodas y sepulturas de Santos y Reyes bohemios.

Construirla tomó alrededor de 600 años, es la tercera que se construye en su lugar y su historia se remonta a la Edad Media, cuando en 1344 Juan de Luxemburgo proyecta a Praga como sede arzobispal y ordena construir una catedral gótica sobre lo que originalmente, en el año 925 el Príncipe Venceslao había fundado como una rotonda románica y posteriormente, en 1060 había sido convertida en una basílica de tres torres y dos naves. La obra fue encargada a los arquitectos Matthias de Arras y Petr Parler, sin embargo, debido a guerras y desastres naturales la catedral no fue acabada sino hasta 1929 y fue consagrada justo al cumplirse mil años del asesinato de San Venceslao.

Los diferentes arquitectos involucrados en el proyecto durante el tiempo que demoró su construcción integraron estilos propios de la época, resultando una magnífica mezcla de elementos barrocos, renacentistas y el gótico predominante.

Interior de la Catedral de San Vito en Praga

Como es la Catedral de San Vito

El exterior basta para impresionar por su sobria belleza. Al oeste, la fachada principal es decorada por estatuas de Santos y de Carlos IV y sorprende con dos enormes torres de unos 80 metros de altura cada una y tres portones de bronce con un rosetón central de estilo neogótico realizado en los años finales de la obra por Frantisek Kysela.

Siguiendo por el Tercer Patio, en la fachada sur de la catedral se encuentra una asombrosa torre de 90 metros de altura, autoría de Peter Parler a la cual es posible subir y disfrutar de una maravillosa vista de Praga; exhibe el Campanario de San Vito construido en el siglo XV de estilo barroco que alberga a Zikmund, la campana más grande de la República Checa. Además, aquí se halla el famoso Portal de Oro, creado entre 1370 y 1371 que sirvió de entrada a la catedral hasta el siglo XIX; está adornado por un mosaico gótico de estilo italiano en dorado y rojo con escenas del Juicio Final.

Ya en el corazón del edificio, seguramente sus dimensiones te dejarán sin aliento. Su belleza real se manifiesta en el interior de las naves, al caminar por las grandes columnas que sostienen las ingeniosas bóvedas y encontrar la iluminación perfecta dada por el juego de luces a través de las coloridas vidrieras realizadas por artistas checos del siglo XX, entre las que destaca principalmente la representación de la vida de los Santos Cirilo y Metodio, obra de Alphonse Mucha en la tercera capilla.

La Capilla de San Venceslao, es quizá lo que más llama la atención dentro de la catedral. Esta joya arquitectónica del gótico, es obra de Peter Parler y fue construida sobre el lugar donde fue asesinado el santo; la bóveda estrellada guarda en el centro su tumba y las paredes están revestidas con piedras preciosas para honrarlo. Las escaleras que se asoman en una de las esquinas de la capilla te llevaran directamente a la Sala de Coronación, allí se protegen bajo siete llaves las Joyas de la Corona checa.

El Mausoleo Real se ubica justo al frente del altar principal de la catedral y fue realizado en mármol a finales del siglo XVI. Allí se encuentran enterrados varios monarcas bohemios, entre los que destacan la tumba del rey Carlos IV y recibe a grandes cantidades de visitantes que buscan conocerlo. Además, también puedes visitar la tumba de San Juan Nepomuceno, el patrón de bohemia, que está hecha en plata por encargo de Carlos VI.

Sin lugar a dudas, este es un destino obligado si viajas a la capital de la República Checa. Conocer la catedral, es enamorarte de una magnifica expresión artística y viajar en el tiempo para conocer una joya de Praga. 

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